martes, 4 de diciembre de 2012

VUELA



Ahora se despierta, todo parece haber cambiado... Se pone sus zapatos, sin quitarse el pijama porque aun siente que sigue soñando. No deja de pensar en que lo es todo cuando él está dentro de ella, no deja de pensar en las cosas que más le gustan; el chocolate, fumarse un cigarrillo mientras escucha su música preferida, comer macarrones, la menta, bañarse con la luz apagada... Y corre, corre como nunca lo había hecho. Notaba el frescor en la cara, en la punta de sus dedos. Su larga melena se enredaba con el viento. Sentía que volaba. Y llora, queriendo encontrar algo, no sabe el qué. Y sonríe, siente en su cuerpo miles de sensaciones, siente que sigue viva.
Nada ha cambiado, se quita sus zapatos y vuelve a la cama, sin haber encontrado nada, pero sólo ha pasado un día más y ella nunca se cansa de buscar, de disfrutar a la vez que intenta conseguir lo que quiere. Y duerme, porque sin sueños no se puede vivir.
Nadie puede cortarle las alas. Nadie.

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