martes, 25 de diciembre de 2012

Alimentaba mi mente con todas aquellas cosas que me escribía... Sinceramente, creo que lo sentía de verdad, de corazón. Eran cosas que salían en momentos en los que tenía la cabeza echa una mierda, cosas que salían en momentos en los que tenía la cabeza de puta madre, cosas que salían en momentos en los que tenía la cabeza caliente y perversa.
Nunca me cansaré de leerlas. Nunca me cansaré de echar de menos a esa persona.

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